Los componentes del humo de los cigarrillos tienen efectos tóxicos sobre el cerebro y el tejido neural, según los investigadores. Los pacientes con esclerosis múltiple que fuman parecen sufrir una progresión más rápida de su enfermedad, según un estudio del Hospital de Brigham y las Mujeres, la Escuela de Medicina de Harvard y el Hospital General de Massachusetts en Boston (Estados Unidos) que se publica en la revista Archives of Neurology.
Las personas que fuman cigarrillos se encuentran bajo un mayor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple, sin embargo, no se conoce en profundidad el efecto del tabaquismo sobre la progresión de la enfermedad.
Los científicos, dirigidos por Brian C. Healy, estudiaron a 1.465 pacientes con esclerosis múltiple que visitaron un centro de referencia entre febrero de 2006 y agosto de 2007.
Los participantes tenían una media de edad de 42 años y la enfermedad desde hacía una media de 9,4 años. Su progresión fue evaluada por características clínicas además de mediante imágenes de resonancia magnética funcional (IRM) durante una media de 3,2 años.
En el estudio el 53,2 por ciento de los pacientes nunca había fumado, un 29,2 por ciento había fumado en el pasado y un 17,5 por ciento eran fumadores en la actualidad. Durante el seguimiento, siete personas que no habían fumado nunca comenzaron a hacerlo y 57 fumadores lo dejaron.
Los fumadores padecían una mayor gravedad al inicio del estudio en términos de puntuaciones en las escalas de discapacidad y también en el análisis de los factores de IRM. Estas personas también eran más propensas a la progresión primaria de la esclerosis múltiple, caracterizada por un declive continuo en vez de por periodos de recaída y remisión.
Los investigadores evaluaron a un grupo de 891 pacientes para analizar la tasa de conversión de esclerosis múltiple intermitente a la progresiva. Durante una media de 3,34 años, 72 pacientes experimentaron esta progresión.
En el caso de los fumadores, esta progresión era más rápida en comparación con quienes nunca habían fumado aunque fue similar entre exfumadores y quienes nunca fumaron.
Los autores señalan que los componentes del humo de los cigarrillos tienen efectos tóxicos sobre el cerebro y el tejido neural, así, los cianuros han sido asociados con la destrucción de la cobertura de mielina de las células nerviosas en animales, una característica de la esclerosis múltiple.
Los autores añaden que el humo de cigarrillos aumenta la frecuencia y duración de las infecciones respiratorias, que han sido vinculadas al riesgo de esclerosis múltiple y a las recaídas en la enfermedad. Los autores concluyen que estos resultados apoyan la hipótesis de que el tabaquismo tiene efectos perjudiciales sobre la progresión de la esclerosis múltiple en medidas clínicas y de IRM.
Por ello, añaden que los pacientes que dejen de fumar podrían reducir no sólo los riesgos de enfermedades asociadas al tabaquismo sino también retrasar la progresión de la enfermedad.
Fuente: www.lavanguardia.es