Científicos del laboratorio de Neurobiología del Desarrollo GNDe del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo han avanzado en el control del sistema autoinmune para poder luchar contra la esclerosis múltiple, a través de la investigación de la función que realizan en la médula ósea las células mieloides supresoras.

Científicos del Hospital de Parapléjicos avanzan en el control del sistema autoinmune para combatir esclerosis múltiple Ampliar foto Este avance ha revelado que estas células pueden llegar a tener capacidad de inmunosuprimir la actividad del ‘Linfocito T’, células presentes en la sangre que tienen como función organizar la respuesta inmunológica contra sustancias extrañas. El doctor Diego Clemente, integrante del equipo que ha realizado este estudio —publicado en la reivsta Neurobiology Of Disease—, ha explicado a Europa Press que las células mieloides supresoras apenas están presentes en individuos sanos pero se activan y proliferan en una enfermedad inflamatoria como la esclerosis múltiple. Así, el objetivo es paralizar este proceso inflamatorio y mejorar la remielinización necesaria para reparar las lesiones. Para el doctor Clemente, para que estos procesos ocurran, además de fenómenos de remielinización espontánea, «debe existir un control de la respuesta inmune asociada a la enfermedad», para lo que resulta clave inactivar los ‘Linfocitos T’.

Estos linfocitos, al reactivarse, participan en el deterioro de la capa de mielina que envuelve las neuronas propio de la esclerosis múltiple. Nuevas claves Lo novedoso de este estudio es para el doctor Ortega que se puede demostrar que las células mieloides supresoras «ejercen claramente un efecto inmunomodulador positivo en el modelo animal de esclerosis múltiple», tal y como se ha demostrado en la práctica con ratones, los cuales tras su eliminación estos animales «alcanzan mayores grados de afectación neurológica y, además, tardan mucho más tiempo en reconducir el brote inflamatorio».

La principal contribución de este estudio implica que, una vez demostrado que la inactivación de este tipo celular conlleva un curso clínico peor en los ratones, «la potenciación de las mismas podría servir para acelerar la recuperación de un brote de esclerosis múltiple, gracias a la mayor activación de su función eliminadora de los linfocitos T activados», explica Ortega. El tratamiento suministrado se denomina Am80, un derivado sintético del ácido retinoico que ya se usa para el tratamiento de la leucemia promielocítica aguda. Continuación de una investigación de 2012 El doctor ha detallado que este nuevo artículo continúa el publicado en 2012 en el que se explicaba la presencia en la médula espinal cómo las células mieloides estaban presentes y su cantidad era más abundante cuando empeoraban de la enfermedad con los que se experimentaba.

Los ratones afectados, en un momento determinado, empezaban a tener más síntomas como paralización de las patas, hasta llegar a un momento de máxima afectación, tras lo que se recuperaban espontáneamente. En este caso, se observaba que las células estaban presentes en momentos de máximo desarrollo de la enfermedad, y tras ponerlas en contacto con ‘Linfocitos T’ se comprobó que favorecían la recuperación de los síntomas porque eliminaban su tejido nervioso. A partir de este primer trabajo, en este estudio se han dedicado a potenciar farmacológicamente los ‘Linfocitos T’ «para encontrar tratamiento que pueda adelantar la recuperación sintomatolígica en los ratones».

Estos avances llevados a cabo en el laboratorio del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo ha sido posible gracias al trabajo de un equipo de seis personas, comandadas por Fernando de Castro, doctor natural de Madrid. Dentro de este grupo de trabajo también han estado presentes Verónica Moliné, de Granada; María Cristina Ortega, de Aranjuez; Virginia Vila, de Madrid; Carolina Melero, de Pamplona; y el propio Diego Ortega. 50 Casos cada cien mil habitantes La esclerosis múltiple, cuyo Día Mundial se conmemora este miércoles, es una enfermedad inflamatoria autoinmune crónica del Sistema Nervioso Central. Se caracteriza por un progresivo deterioro de la capa grasa que aísla cada nervio en el cerebro y la médula espinal, llamada mielina, que favorece la correcta transmisión de información nerviosa o sinapsis.

Por eso se dice que la EM es una enfermedad desmielinizante. La esclerosis múltiple recurrente-remitente es la forma más común de forma inicial de esta enfermedad, y los pacientes que la sufren tienen periodos de estabilidad y recaídas con episodios de nuevos síntomas o empeoramiento de los mismos, como fatiga, parestesia, dolor focal, ataxia, temblor, problemas visuales, disfunción sexual, disfunción vesical o espasticidad, entre otros. La prevalencia de la esclerosis múltiple es de unos cincuenta casos cada cien mil habitantes en las sociedades modernas, y el 30% de ingresos en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo se deben a enfermedades como tumores y enfermedades desmielinizantes, de las cuales destaca la esclerosis múltiple, que representa el 10% de ingresos globales y el 32% del total de causas no traumáticas.

http://www.20minutos.es/noticia/2151454/0/

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