Algunos consejos para la prevención de la fatiga en Esclerosis Múltiple
Uno de los síntomas que más frecuentemente aparece en nuestros pacientes de Esclerosis Múltiple es la fatiga. Esta fatiga aparece como un cansancio exagerado ante actividades que en otras circunstancias no aparecería y puede dificultar que la persona pueda llevar a cabo sus actividades de manera normal.
Desde el servicio de Fisioterapia de CIEN os queremos dar unos cuantos consejos para sobrellevar mejor esta fatiga:
- Deja de fumar: fumar perjudica los pulmones, empeora la fatiga y se suma a los efectos de la Esclerosis Múltiple. Quítate el hábito y así, no te resultará tan agotador respirar y realizar actividades sencillas.
- Come sano: una dieta equilibrada y baja en grasas mejorará tu energía. Desayuna justo después de levantarte. Si es necesario, acude a un dietista para que te aconseje.
- Planifícate el día según tus ritmos naturales y mantén un hábito de sueño regular: realiza tus actividades obligatorias en tus momentos de mayor energía. Para ayudarte a dormir, puede ser útil que te tomes un vaso de leche caliente una media hora antes de irte a la cama. No tengas ni tele ni aparatos de ejercicio en tu dormitorio. Si intentas dormirte y no lo consigues pasados 30 minutos, levántate y realiza alguna actividad tranquila hasta que te sientas somnoliento.
- Ajusta tus niveles de actividad: Ahorra energía para lo importante. Establece prioridades y céntrate en ellas.
- Tómate descansos: da un respiro a tu musculatura y devuelve la energía al sistema. Una siesta de 10-30 minutos puede ayudarte.
- Toma bebidas frías: que ayudan a mantener la temperatura corporal. Hidrátate durante el día intentado evitar el alcohol y la cafeína, ya que pueden empeorar la calidad de tu descanso.
- Mantén tu temperatura corporal baja: mediante duchas refrescantes, haciendo uso del aire acondicionado, en la piscina, llevando ropa ligera…
- Programas de ejercicios: está demostrado que el ejercicio puede mejorar los problemas de fatiga en Esclerosis Múltiple, pero no funciona igual para todo el mundo. Un programa adecuado de ejercicio debería aumentar el nivel de energía y no disminuirlo. Consulta con tu médico y tu fisioterapeuta antes de comenzar.
- Reserva tu energía: no la desperdicies. Toma el ascensor en lugar de subir las escaleras, usa el parking reservado para discapacitados, haz uso de ayudas técnicas…
- Haz relajación: las respiraciones profundas, la visualización, el yoga y el tai-chi son ejercicios de relajación que puedes aprender y hacer en casa.
- Pide ayuda si la necesitas: Si te sientes decaído o la gente de tu entorno te dice que pareces estar deprimido consulta con un profesional.
- La siesta: la consideraremos como cualquier momento de descanso durante el día sin tener necesariamente que dormir. Tu terapeuta ocupacional te puede ayudar a planificar el horario de descansos convenientes para tu situación. Los descansos son sólo útiles si no interfieren en la calidad de tu sueño nocturno.
-Dónde: en un sofá, en la cama (sin meterte dentro), apoyado sobre la mesa;
-Con qué frecuencia: entre una y tres veces en las horas en las que habitualmente estás despierto,
-Cuánto tiempo: de 10 a 30 minutos, si realizas tres de estos descansos al día o no más de 1-2 horas, si solo realizas uno;
-Consejos útiles: apaga la televisión y la música o busca un ambiente tranquilo, aflójate la ropa (suéltate los pantalones, el cuello de la camisa) pero no te pongas el pijama, regula las luces si es posible, si no, usa un antifaz o busca un rincón, cierra las cortinas y las ventanas y utiliza algo de ropa para evitar destemplarte.
Departamento de Fisioterapia de CIEN