En esclerosis múltiple (EM) se está cada vez más cerca de identificar los biomarcadores que permitan predecir la evolución de la enfermedad en cada paciente y así llegar a una medicina personalizada, según subrayó el doctor Rafael Arroyo González, jefe del departamento de Neurología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Ruber Juan Bravo, con motivo de la celebración este lunes del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple.
En declaraciones a Servimedia, el doctor Arroyo explicó que en los últimos 20 años se han producido grandes avances sobre la esclerosis múltiple. “Hoy en día tenemos más conocimientos de la enfermedad según los síntomas del paciente y de los resultados de la resonancia magnética, así como de los análisis de sangre y del líquido cefalorraquídeo que rodea el cerebro y la médula espinal. Con todo ello estamos consiguiendo diagnósticos más individualizados”, indicó.
La EM es una enfermedad crónica para la que actualmente no existe cura. Se estima que afecta a unos 2,3 millones de personas en todo el mundo y a cerca de 47.000 en España. Esta patología se produce por una alteración del sistema inmune que ataca a las estructuras de aislamiento y apoyo que rodean las neuronas del cerebro, la médula espinal y el nervio óptico, provocando inflamación y las consiguientes lesiones.
En cuanto al tratamiento, este especialista adelantó que el próximo año se darán a conocer nuevos fármacos que controlarán mejor la esclerosis múltiple. “Estos nuevos tratamientos consiguen alterar la inmunidad del paciente de una forma diferente a como se hacía antes. En 2018 tendremos nuevos anticuerpos monoclonales y uno de ellos será el primero que se apruebe en Europa dirigido a formas primarias progresivas de la EM y esto es un hito histórico, ya que los actuales medicamentos se destinaban a la enfermedad en brotes”.
A este respecto, el jefe del departamento de Neurología de Quirónsalud Madrid añadió que “no debemos olvidar que España sigue a la cabeza en investigación clínica de nuevas terapias”.
Las lesiones neurológicas que provoca esta patología conllevan una amplia sintomatología, como debilidad muscular, cansancio y problemas de visión que pueden conducir a una discapacidad progresiva.
Por ello, el especialista afirmó que “cada vez tenemos más clara la importancia de un diagnóstico correcto y temprano para administrar a los pacientes una terapia precoz, ya que según avanza la EM se reduce el éxito de los tratamientos. Además, hoy en día tenemos más conocimientos de la rehabilitación neurológica para estos enfermos”.
La mayoría de los afectados experimentan su primer síntoma entre los 20 y los 40 años de edad, siendo esta enfermedad la principal causa de discapacidad no traumática en adultos jóvenes.