Las primeras buenas noticias para muchos enfermos de esclerosis múltiple llegan en forma de pastilla. Tres ensayos clínicos han demostrado que dos nuevos medicamentos administrados por vía oral podrían ser la alternativa a los incómodos pinchazos actuales. Los fármacos redujeron entre un 50 y un 60% la aparición de nuevos brotes y frenaron el deterioro de la enfermedad. Pero, sobre todo, representan un gran paso en la calidad de vida de los pacientes. Los resultados de las investigaciones con más de 3.000 pacientes se presentan en el último número de la revista «New England Journal of Medicine».
La esclerosis múltiple es una enfermedad degenerativa en la que el propio sistema inmune ataca al sistema nervioso central. El ataque se dirige contra la mielina que protege las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal. Ninguna terapia cura la enfermedad, aunque se puede frenar el daño a largo plazo.
Los primeros tratamientos orales se han hecho esperar más de 15 años. Son dos fármacos -fingolimod y cladribine- con mecanismos de acción diferentes. Ambos son inmunosupresores y reducen el número de linfocitos que podrían atacar al sistema nervioso central.
«Un cambio importante»
Los pacientes pasarían de inyecciones diarias o intermitentes a una pastilla diaria, en el caso del fingolimod, o un tratamiento con tan sólo diez días de medicación al año si se tratan con cladribine. Este último, utilizado contra la leucemia, se administra en ciclos en los que el paciente tomaría una tableta determinados días durante cuatro meses y se olvidaría de las pastillas los ocho meses siguientes.
Los tres estudios que se publican demuestran que los nuevos medicamentos son eficaces y se toleran bien, aunque aún se desconocen sus efectos a largo plazo, apunta Rafael Arroyo, responsable de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Clínico de Madrid. «Nuestros pacientes son enfermos crónicos y debemos valorar los riesgos de un uso continuado. El mayor peligro es la aparición de infecciones y tumores». Su equipo ha participado en uno de los ensayos. «Tenemos pacientes con más de seis años en tratamiento con fingolimod y los resultados son muy positivos. Los fármacos orales representan un gran cambio en el tratamiento y ofrecen una nueva alternativa. Ahora debemos pensar cuál se adapta mejor a cada paciente».
En España hay 40.000 afectados.
Es la enfermedad crónica degenerativa más común en adultos jóvenes.
El tratamiento precoz es fundamental porque parece mejorar el pronóstico a largo plazo.
Se buscan terapias neuroprotectoras.
- RAMÍREZ DE CASTRO I MADRID. Jueves, 21-01-10
Fuente: www.abc.es