Muchas personas con esclerosis múltiple han experimentado alguna vez el empeoramiento de los síntomas cuando llega el calor del verano. Este fenómeno puede ser muy limitante para algunas personas, ya que puede condicionar su vida durante el periodo de verano y la elección de los sitios de vacaciones. Con cierta frecuencia quien padece la enfermedad se resigna a tener que quedarse en casa sin poder disfrutar de unos días que son de actividad para el resto de la familia.
La intolerancia al calor en la esclerosis múltiple se presenta como pseudoexacerbaciones, de forma que los síntomas empeoran con la exposición al calor. Esto no tiene nada que ver con un verdadero brote, ya que cuando la temperatura corporal vuelve a la normalidad, los síntomas desaparecen. Los síntomas no están producidos por la inflamación ni la aparición de nuevas lesiones desmielinizantes.
La intolerancia al calor se produce porque la elevación de la temperatura corporal enlentece más la transmisión nerviosa en las fibras desmielinizadas. A veces basta medio grado o un cuarto de diferencia de temperatura para hacerlo evidente.
Además del efecto del calor sobre la conducción nerviosa, las personas con esclerosis múltiple pueden tener problemas para regular la temperatura corporal en respuesta a los cambios externos por alteraciones vegetativas.
Los síntomas principales de este fenómeno suelen ser:
- Debilidad y cansancio.
- Fatiga.
- Entumecimiento de las extremidades.
- Lentitud de reflejos y dificultades cognitivas.
- Visión borrosa ( Llamada signo de Uhthoff).
La intolerancia al calor es muy diferente de unas personas a otras, tanto en lo que respecta al nivel de temperatura necesario para que aparezca, como a la intensidad y la duración de los síntomas. Algunos estudios han llegado a cifrar en un 70% el número de personas que sufren este problema
A continuación encontrarás unos cuantos consejos prácticos pautados desde el servicio de fisioterapia de CIEN para sobrellevar mejor el verano;
- Deja de fumar: fumar perjudica los pulmones, empeora la fatiga y se suma a los efectos de la esclerosis múltiple. Quítate el hábito y así, no te resultará tan agotador respirar y realizar actividades sencillas.
- Come sano: una dieta equilibrada y baja en grasas mejorará tu energía. Desayuna justo después de levantarte. Si es necesario, acude a un dietista para que te aconseje.
- Planifícate el día según tus ritmos naturales y mantén un hábito de sueño regular: realiza tus actividades obligatorias en tus momentos de mayor energía. No tengas ni televisión ni aparatos de ejercicio en tu dormitorio. Si intentas dormirte y no lo consigues pasados 30 minutos, levántate y realiza alguna actividad tranquila hasta que te sientas somnoliento.
- Ajusta tus niveles de actividad: ahorra energía para lo importante. Establece prioridades y céntrate en ellas.
- Tómate descansos: da un respiro a tu musculatura y devuelve la energía al sistema. Una siesta de 10-30 minutos puede ayudarte.
- Toma bebidas frías: ayudan a mantener la temperatura corporal. Hidrátate durante el día intentado evitar el alcohol y la cafeína, ya que pueden empeorar la calidad de tu descanso.
- Mantén tu temperatura corporal baja: mediante duchas refrescantes, haciendo uso del aire acondicionado, en la piscina, llevando ropa ligera…
- Programas de ejercicios: está demostrado que el ejercicio puede mejorar los problemas de fatiga en esclerosis múltiple, pero no funciona igual para todo el mundo. Un programa adecuado de ejercicio debería aumentar el nivel de energía y no disminuirlo. Consulta con tu médico y con tu fisioterapeuta antes de comenzar.
- Reserva tu energía: no la desperdicies. Toma el ascensor en lugar de subir las escaleras, usa el parking reservado para discapacitados, haz uso de ayudas técnicas…
- Haz relajación: las respiraciones profundas, la visualización, el yoga y el tai-chi son ejercicios de relajación que puedes aprender y hacer en casa.
- Pide ayuda si la necesitas: si te sientes decaído o la gente de tu entorno te dice que pareces estar deprimido consulta con un profesional.
- La siesta: la consideraremos como cualquier momento de descanso durante el día sin tener necesariamente que dormir. Nosotros te podemos ayudar a planificar el horario de descansos convenientes para tu situación. Los descansos son sólo útiles si no interfieren en la calidad de tu sueño nocturno
-Dónde: en un sofá o en la cama (sin meterte dentro).
-Con qué frecuencia: entre una y tres veces en las horas en las que habitualmente estás despierto,
-Cuánto tiempo: de 10 a 30 minutos, si realizas tres de estos descansos al día o no más de 1-2 horas, si solo realizas uno;
-Consejos útiles: apaga la televisión y la música o busca un ambiente tranquilo y fresco, aflójate la ropa (suéltate los pantalones, el cuello de la camisa), regula las luces si es posible, si no, usa un antifaz o busca un rincón y cierra cortinas y ventanas.
Esperamos que con estos consejos el verano sea un poquito más fácil de sobrellevar.
Departamento de Fisioterapia de CIEN
A quien corresponda, Muchas gracias por hacer éste tipo de publicaciones. Decir que podemos percibir 0.5°C es lo más!! No me creen cuando percibo 2°C. Muchas muchas gracias.