Anticuerpos monoclonales para tratar la esclerosis múltiple, toda una revolución
La esclerosis múltiple sigue siendo una de esas enfermedades que no logra controlarse al 100%. Nos encontramos ante una patología cuya causa aún se desconoce, y que presenta unas manifestaciones imprevisibles y diferentes según cada paciente.
Sin embargo, en los últimos años se ha logrado obtener un tipo de fármaco que no solo logra que la discapacidad producida por la enfermedad no progrese, sino que consigue mejorar el estado de algunos pacientes. La doctora Montserrat Gonzalez Platas, neuróloga del Hospital Universitario de Canarias, nos amplía la información sobre esta nueva farmacología que ha constituído una auténtica revolución en cuanto a esta enfermedad neurológica.
El tratamiento farmacológico para la esclerosis múltiple que se presenta como novedad se basa en los anticuerpos monoclonales. Un anticuerpo monoclonal es un anticuerpo fabricado a raíz de una molécula, que suele ser una proteína, que actúa como los anticuerpos naturales del individuo que, por culpa de la enfermedad, no funcionan como deberían. Es decir, que la industria reproduce en forma de fármaco la función natural del propio organismo. El descubrimiento de este tipo de anticuerpos ha sido todo un logro porque ha ayudado a comprender mejor la enfemedad, qué mecanismos pueden desencadenarla, al mismo tiempo que ayuda a bloquear los descontroles funcionales que provoca.
La esclerosis múltiple, como comentábamos, es una enfermedad de pronóstico complicado que afecta sobre todo a personas muy jóvenes. La esclerosis múltiple sigue siendo un gran reto para todos los neurólogos, aunque se puede decir que en los últimos años las investigaciones han hecho que el panorama haya cambiado de forma radical. Los nuevos fármacos de los que hablamos han abierto una puerta a la esperanza para poder hablar de casi una curación de esta enfermedad neuronal. Los fármacos monoclonales ayudan a mejorar la calidad de vida del paciente. Se ha estudiado su efecto y se ha comprobado que reduce considerablemente el número de brotes que padece el enfermo. Estos medicamentos actúan de manera que evitan la progresión de la enfermedad. Incluso hay tratamientos, que aún se encuentran en fase experimental, que muestran que lesiones que se creían irreversibles pueden recuperarse por medio de estos fármacos. De esta manera, la situación de la esclerosis múltiple se perfila aún más esperanzadora.
Como en la mayoría de las enfermedades, pero en este caso de forma especial, cuanto antes se ponga un tratamiento mejores espectativas habrá para el paciente. Desde que se sufren los primeros síntomas, una esclerosis múltiple tarda en diagnosticarse como tal una media de 1,8 años. En este aspecto cabe destacar la importancia de la concienciación de la población, que en los últimos tiempos ha presentado un cambio en este sentido. La gente se preocupa de las enfermedades neorológicas, y cuando empiezan a notar síntomas que no son muy normales no dudan en acudir a la consulta del médico. Así pues queda claro que cuanto antes se aplique un tratamiento menos daño global habrá.
Los tratamientos con anticuerpos monoclonales estan indicados para los tipos más graves de esclerosis múltiple. En los casos en que los tratamientos con inmunomoduladores han fallado y los pacientes siguen presentando brotes muy severos con lesiones graves, el remedio que se aplica es el de los monoclonales. La selección de pacientes se limita de esta manera por los efectos secundarios que provocan estos fármacos. Todavía no se ha conseguido minimizar las consecuencias negativas de los anticuerpos monoclonales, por lo que su uso se reserva a los casos más extremos. Además, tras el suministro de estos medicamentos el médico sigue un proceso de observación para detectar cualquier tipo de reacción extraña en el paciente. A pesar de esta problemática, estos fármacos ya se usan en España y los resultados que estan mostrando son espectaculares.
Los anticuerpos monoclonales se administran de forma intravenosa por lo que es necesario que el enfermo acuda al hospital. Después de su aplicación, el paciente debe permanecer un rato bajo observación en el centro hospitalario con la finalidad de controlar reacciones adversas al tratamiento. La periodicidad con la que se aplicará el tratamiento depende del paciente, en algunos casos pasarán 6 meses hasta la siguiente punción mientras que en otras ocasiones los espacios de tiempo serán más cortos. En los periodos que van entre una y otra aplicación de los anticuerpos monoclonales, el paciente puede hacer su vida de forma normal. El hecho de que deba acudir al hospital para tratarse, lejos de constituir una molestía para la persona, puede verse como un beneficio para el control de su enfermedad.
Muchos pacientes, al encontrarse bien, dejan de tomarse la medicación, mientras que de esta manera se controla que el tratamiento se está siguiendo de forma correcta. Gracias a estos anticuerpos monoclonales se ha conseguido que los brotes en enfermos de esclerosis múltiple se disminuyan en un 70% anual.
Última actualización de la noticia: 07/11/2009 Esclerosis múltiple
Fuente: www.vivirmejor.es