¿QUÉ ES LA ESPASTICIDAD?

La espasticidad se refiere al estado de los músculos que se presentan tensos y rígidos en exceso. También se puede llamar aumento del tono muscular (hipertonía) o, en el caso contrario, cuando hay falta de tono, lo llamaríamos hipotonía.

Ésta puede presentarse de manera leve, moderada o severa. Es una manifestación que puede variar a lo largo del día, según el estado anímico y psicológico de la persona, así como las condiciones del ambiente. También puede mantenerse estable a lo largo de la vida, o sufrir cambios, tanto de forma positiva como negativa.

La espasticidad generalmente es causada por un daño en la parte del cerebro involucrada en controlar los movimientos. También puede ocurrir a raíz de un daño en los nervios que van desde el cerebro hasta la médula espinal. Las consecuencias resultantes dependerán de la localización, de la extensión y del momento en que se produjo la lesión.

En el niño destaca, la parálisis cerebral infantil (PCI), y en el adulto, el daño cerebral o espinal adquirido como ictus, esclerosis múltiple, traumatismos craneoencefálicos, lesiones espinales, tumores, etc. y los cuadros neurodegenerativos. La espasticidad puede aparecer de forma precoz al inicio de la enfermedad o de lo contrario, manifestarse más tarde.

 

ESPASTICIDAD FACIAL

Cuando hablamos concretamente de espasticidad facial, ésta puede afectar al habla, y de esa manera aparecer problemas de comunicación debido a la falta de control sobre los músculos responsables de producir el habla, lo cual se denomina disartria espástica.

Otras consecuencias de padecer espasticidad en los músculos de la cara, es la dificultad para emitir expresiones faciales, ya que el excesivo aumento del tono, no nos permitiría realizar movimientos como elevación de cejas, fruncir ceño, arrugar nariz, sonreír, besar o incluso cerrar ojos. También podría darse el caso de tener dificultad para mantener los líquidos en la boca, o incluso para controlar la saliva. La afectación puede ser de manera bilateral (los dos lados de la cara tendrían un excesivo aumento del tono) o unilateral, afectando tan solo a un lado de ésta.

La espasticidad es relativamente frecuente en las enfermedades que tienen como base un daño cerebral, suele afectar por igual a ambos sexos y a menudo, es un síntoma al que no se le suele prestar atención.

 

¿EN QUÉ ME PUEDE AFECTAR?

Las áreas relacionadas con la logopedia, que pueden verse afectadas en casos de espasticidad serían respiración, habla, voz y deglución.

A nivel respiratorio nos encontramos con inspiraciones cortas y rápidas, presentando una mala dinámica respiratoria, suele producirse un mal patrón respiratorio, en este caso costal superior, reduciendo así la capacidad vital del paciente, afectando directamente a la fonación  y ritmo de habla.

En este caso, el tratamiento va dirigido a enseñar un patrón correcto respiratorio, costodiafragmático, que consiste en inspirar por la nariz y espirar por la boca dirigiendo el aire al abdomen, alternando ritmos y tiempos. Se puede trabajar también utilizando silbatos, pomperos, pajitas y agua, pelotas de papel para moverlas mediante  el soplo, etc. Mediante el trabajo de dicho objetivo no solo aumentamos la capacidad vital del paciente sino que nos ayudará al trabajo de relajación necesaria para reducir el elevado tono muscular de hombros, cuello y cara, y de esta manera conseguir mejorar el tono de voz, llegando a obtener unos patrones acústicos lo más normalizados posibles.

La relajación mediante estiramientos y masajes de toda la musculatura implicada en habla y deglución también juega un papel importante.

Para el tratamiento de la inteligibilidad del habla, se realizan práxias bucofaciales para adquirir control sobre los órganos articulatorios.

En las personas con espasticidad es muy frecuente la alteración de la deglución y la masticación dada la complejidad de la función y la necesidad de coordinación de músculos (linguales, labiales, masticadores, del velo del paladar)  y pares  craneales (V nervio trigémino, VII nervio facial, IX glosofaríngeo, X vago, XI espinal y XII hipogástrico). La disfagia puede ocasionar serios problemas para la salud: neumonías por aspiración de restos alimenticios, desnutrición y deshidratación. En este caso la terapia estaría encaminada a detectar el motivo de la dificultad deglutoria y dar pautas y estrategias encaminadas a lograr una deglución segura y eficaz disminuyendo así el riesgo de neumonías o en el peor caso de asfixia por atragantamientos.

Algunos de los síntomas que deben ponernos en alerta serían los siguientes:

  • Demasiado esfuerzo para tragar.
  • Tos o cambios de voz después de la deglución.
  • Regurgitación.
  • Mal sellado labial.
  • Mal control postural.

TRATAMIENTO

Una de las opciones médicas que existen para tratar la espasticidad es inyectar Toxina Botulínica en los músculos, aunque ese no debe ser el único tratamiento que se lleve a cabo, ya que de ser así la efectividad será poco evidente. Un tratamiento temprano e intensivo que combine toxina y rehabilitación manual a cargo de un logopeda especializado en estas técnicas, es la estrategia ideal de primera elección para tratar la espasticidad.

La toxina actúa a nivel local, sobre la espasticidad, debilitando al musculo. El efecto relajante se inicia a los 2-3 días de la inyección, alcanza su mayor efecto entre la primera y cuarta semana, disminuye a partir de los dos meses y la duración máxima del beneficio será de tres a cuatro meses. No todas las personas responden inicialmente, del mismo modo, a la administración de ésta.

La rehabilitación por parte de un logopeda, sin embargo, es un tratamiento continuo, el cual se puede realizar de forma manual con distintos ejercicios de fuerza y resistencia, tanto de forma pasiva como activa, según el caso, práxias bucofaciales, ejercicios de respiración. También se utiliza la termoterapia, con aplicaciones de distintas temperaturas, según el objetivo a conseguir. Las técnicas de relajación alternadas con estiramientos de los distintos músculos, son empleadas para conseguir disminuir el tono de éstos y adquirir un patrón correcto. La electro estimulación es otra alternativa para la estimulación o relajación del musculo. Y el vendaje neuromuscular, es una opción más que tenemos para lograr que el efecto conseguido en terapia tenga más duración cuando el paciente no se encuentra en ella, ya que lo aplicaríamos al final de la terapia y se lo llevaría puesto a casa, manteniendo de esa manera al músculo en la posición que más nos interese.

En definitiva, la espasticidad es un problema que aunque en ocasiones pueda pasar desapercibido, es importante tratarla por profesionales que cuentan con las técnicas y ejercicios adecuados en cada caso, para de esta manera mantener las funciones a las que puede afectar, conservadas de la mejor manera, manteniendo así una buena calidad de vida en el paciente el mayor tiempo posible

 

BIBLIOGRAFÍA

Tecglen, C. (2014) Guía par a las personas que conviven con espasticidad. UNED.

U.S. National Library of Medicine (2019)

Carrión, J.L., Álvarez Viñals, F., Vega Dominguez, O., Dominguez Morales, M.R. (2001) Revista Española de Neuropsicología.

https://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/logopedia/tratamiento-de-la-disartria-y-ejercicios

http://www.convivirconespasticidad.org/2018/05/disfagia-y-espasticidad/

 

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