La investigación corre a cargo de la Cátedra de Química Agrícola de la UCLM y del Departamento de Tecnología de Alimentos y Nutrición de la Universidad de Murcia en la que participa la Asociación Española de Esclerosis Múltiple de Albacete.
«Primero fue conocer la calidad de la especia, después las propiedades bioactivas, y ahora extender su aplicación a la mejora de algunas patologías neurológicas.
Que el azafrán tiene innumerables propiedades para la salud, además de su utilidad con condimento en la cocina, no es nada nuevo. Como especia aromática muy rica en antioxidantes, actúa como prevención de las enfermedades cardiovasculares, mejora la visión, facilita las digestiones y actúa también como un aliado para los que sufren del hígado o como antidepresivo. Sin embargo, sus beneficios para la salud no se acaban aquí, y eso es precisamente lo que persigue el proyecto iniciado por la Cátedra de Química Agrícola de la Escuela Superior de Agrónomos del campus universitario de Albacete, que va a empezar a experimentar los efectos del azafrán en pacientes con enfermedades neurológicas de tipo degenerativo, como la esclerosis múltiple.
El grupo de profesores e investigadores de la cátedra de Química Agrícola de la Universidad de Castilla- La Mancha trabaja conjuntamente en este proyecto que se encuentra en una fase intermedia con profesores del Departamento de Tecnología de Alimentos y Nutrición de la Universidad de Murcia, y contando con la colaboración del Centro Integral de Enfermedades Neurológicas de Albacete (CIEN), a cuyos pacientes va dirigida la investigación. Será el día 24 de este mes de enero cuando comiencen las pruebas con 58 pacientes seleccionados para ellos, todos ellos afectados de diferentes patologías neurológicas y que acuden a diario al CIEN para recibir terapia.
El objetivo de este estudio, según informó Jéssica Serrano, investigadora de la cátedra de Química Agrícola, no es otro que estudiar el efecto que tiene la especia del azafrán en los enfermos de esclerosis múltiple y otras dolencias degenerativas, «lo cual tiene su justificación porque se ha demostrado que el azafrán tiene numerosas propiedades beneficiosas en diversas enfermedades, incluso algunos estudios han demostrado que también el azafrán mejora la sintomatología de los enfermos de estas patologías».
Por ello, estos dos grupos de investigación junto con la Asociación de Esclerosis Múltiple de Albacete que es la que se ocupa de la gestión del CIEN han iniciado la primera fase del proyecto, consistente en la caracterización de esta población de enfermos mediante el estudio su estado nutricional y su calidad de vida a través de la toma de datos y de encuestas. La siguiente fase del estudio, que arranca precisamente ahora a finales de este mes, se centra en la intervención nutricional, mediante la administración a los 58 pacientes seleccionados de infusiones de azafrán. Después se analizará en qué medida ha variado tras la ingesta de azafrán el estado nutricional y la calidad de vida de estos enfermos neurológicos.
Serrano aclaró que en la selección de los pacientes que voluntariamente van a participar en este estudio se ha tenido en cuenta que fueran enfermos con una mejor calidad de vida, «porque de esta forma se observará mejor si mejora su estado nutricional y su calidad de vida».
FINANCIACIÓN. De momentos este proyecto se está sufragando con financiación propia de la UCLM y de la Universidad de Murcia. No obstante, se ha solicitado un proyecto para obtener más financiación a nivel nacional y están buscando también financiación a nivel europeo, en concreto, a través del Programa Marco Horizonte 20/20.
Tanto el catedrático de Química Agrícola, Gonzalo Alonso, como la doctora e investigadora de esta misma cátedra Jessica Serrano, son optimistas sobre los resultados positivos que obtendrán de este proyecto, «puesto que además ya existe una base científica al respecto». Ambos esperan que dentro de un año estén listos los resultados de este estudio, aunque de recibir más financiación se podría abrir nuevos horizontes, como apuntan, en cuanto a la mejora de la dosis de infusión de azafrán que se da, la forma de ingerirlo o la justificación científica del efecto del azafrán.
Los pacientes tomarán las infusiones de azafrán (una dosis diaria de 30 miligramos) bien a media mañana o a media tarde, de tal forma que no interfiera en sus comidas. La infusión se acompañará de una galleta para que a los voluntarios del estudio les resulte más llevadera la ingesta de esta particular especia.
Además, como curiosidad el azafrán que se va a utilizar para este proyecto es el que acaba de obtener el Premio Gran Selección 2013 de la Junta de Comunidades, que ha recaído en una empresa dedicada a la producción de azafrán de Minaya, mientras que el envasado del producto en formato de infusión es obra de otra industria de Novelda.
La fase de prueba con los 58 pacientes voluntarios del CIEN se prolongará durante al menos tres meses, periodo tras el cual llegará la fase para que los investigadores se dediquen a procesar los resultados obtenidos, evaluando si la calidad de vida de los pacientes que han tomado las infusiones de azafrán y sus hábitos nutricionales han mejorado.
También hay que aclarar que no se trata de un ensayo clínico, sino de un estudio donde el producto que va ser probado no tiene ninguna toxicidad.
UNA ESPECIA CON OTROS BENEFICIOS PARA LA SALUD.
El grupo que desarrolla el estudio ha iniciado otros trabajos para la mejora de patologías como la hipertensión o la retinosis o la forma de trabajar es con equipos multidisciplinares.
El grupo de trabajo que lidera Gonzalo Alonso, catedrático de Química Agrícola de la Escuela superior de Ingenieros Agrónomos de Albacete lleva ya más de 25 años trabajando en la calidad del azafrán.
A nivel analítico se conoce perfectamente la calidad de esta especia, pero además en los últimos años se han empezado a estudiar las propiedades bioactivas y se han iniciado contactos para trabajar en la mejora de patologías como la retinosis pigmentaria, la pertensión arterial o la actividad anticancerígena, aunque se trata de estudios todavía muy iniciales, que precisan de un empuje final y de su traslado a personas, «cuyos efectos siempre se ven más a largo plazo».
Estos estudios, como apuntó el catedrático Gonzalo Alonso, se desarrollan conjuntamente con otros expertos y grupos de investigación, como profesores de la Facultad de Medicina, en el caso de la hipertensión arterial, o con la Facultad de Alicante, en concreto con el profesor Nicolás Cuenca, experto en una investigación sobre retinosis pigmentaria.
«Y es que ésta debe ser la manera de trabajar, con grupos multidisciplinares de distintos especialistas, si lo que queremos es demostrar los efectos beneficiosos de los productos naturales como es el azafrán».
Además, de estos estudios en fase premilitar ya iniciados, el grupo de Gonzalo Alonso se plantea, en función de los resultados que se obtengan con los pacientes de esclerosis múltiple y a otras patologías neurológicas, extender las aplicaciones de la especia a otros enfermos, con el fin de seguir experimentando los beneficios que para la salud tiene este producto natural.
Precisamente, la investigadora Jéssica Serrano realizó el año pasado un trabajo cuyo objeto ha sido de la valorización de los bio-residuos florales que se obtienen en la producción de azafrán especia para contribuir a la generación de nuevos productos alimentarios a partir de las flores del azafrán. La investigación formaba parte del proyecto de investigación regional Valorización de los bio-residuos de la producción mecanizada de azafrán mediante la obtención de ingredientes alimentarios y la aplicación farmacológica de sus extractos como compuestos bioactivos, financiada por la Junta de Comunidades, el FSE y fondos FEDER.
Fuente: TERESA ROLDAN/ Albacete. La tribuna