Investigadores de la Unidad de Biología de Sistemas Complejos de la Universidad de Jaén han desarrollado un software de análisis de resonancia magnética que es capaz de detectar la esclerosis múltiple antes de que aparezcan las primeras lesiones de la enfermedad.
El equipo jienense, dirigido por Francisco J. Esteban, aplica la dimensión fractal a imágenes del cerebro obtenidas por resonancia magnética -una de las primeras pruebas que se realiza cuando se sospecha la posible presencia de la enfermedad-. Si la patología está en sus primeras fases, el resultado de la resonancia no es concluyente y se suele decir que el cerebro es “aparentemente normal”.
Los investigadores jienenses han demostrado que las medidas del cerebro de una persona enferma reflejadas a través de la dimensión fractal no son las mismas que las de una persona sana. Gracias a esta característica se pueden analizar con más precisión las resonancias dudosas.
Con esta herramienta de uso clínico se puede predecir si un paciente tiene esclerosis múltiple inicial. Puede ser una herramienta de gran utilidad en el diagnóstico precoz de las enfermedades derivadas de alteraciones en el cerebro”, explica Esteban.La dimensión fractal se utiliza para medir lo irregular y desde hace unos años se aplica frecuentemente en biología, aunque escasamente en el estudio del cerebro. Un grupo de biólogos, ingenieros informáticos, matemáticos, neurólogos, neurocirujanos, psicólogos y estadísticos han realizado mediciones en resonancias magnéticas de cerebros en tres dimensiones y han desarrollado el software que mide la dimensión fractal del cerebro.
Con las pruebas actuales se puede medir el tamaño, el volumen o las circunvoluciones del cerebro, pero era difícil medir su complejidad, algo que puede realizarse con la dimensión fractal. Los investigadores han empleado diferentes algoritmos para analizar la imagen procedente de la resonancia magnética y han aplicado la teoría de fractales a imágenes de RM de individuos sanos y de personas afectas. “Con esta nueva técnica se pueden detectar cambios que el ojo no ve”, explica Esteban.
El estudio sólo se ha realizado con enfermos de esclerosis múltiple, gracias a la colaboración con el Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra y del Hospital Clínico de Barcelona, pero el objetivo es aplicar esta clase de análisis a otras enfermedades neurodegenerativas “En colaboración con el Hospital Clínico de Barcelona estamos utilizando esta técnica para detectar posibles cambios en el cerebro de niños con problemas de aprendizaje. El diagnóstico precoz puede minimizar sus problemas con un tratamiento adecuado”.
Fuente: www.diariomedico.com