El plano inclinado se trata de una camilla eléctrica que, partiendo de una posición horizontal, sostiene al paciente mediante unos anclajes y sistemas de sujeción colocados sobre abdomen y rodillas evitando riesgos de caída. Una vez colocadas, se procede de forma progresiva a ir articulando la camilla en posición vertical.
Entre los beneficios de volver a introducir la postura de pie o bipedestación son:
- Sobre el sistema músculo-esquelético: Proporciona alineación del tronco y extremidades, por lo que disminuyen las retracciones espásticas, las contracturas y los dolores musculares.
- Sobre el sistema óseo: La inmovilidad, el sedentarismo y la osteopenia fisiológica, favorece la desmineralización ósea, por lo cual es necesaria una verticalización para favorecer el metabolismo del calcio y prevenir osteoporosis y fracturas.
- Sobre el sistema respiratorio: Mejoramos la colocación de la postura de tronco y pelvis, por lo que dejamos a los abdominales más libres y por tanto disminuye la presión sobre las vísceras, lo cual hará que el volumen respiratorio aumente.
- Sobre el sistema cardiovascular: La verticalización acompañada de balanceos estimula el retorno venoso disminuyendo la hinchazón de las piernas y mejorando la circulación. Además, previene el riesgo de sufrir hipotensión ortostática.
- Sobre el sistema gastrointestinal: La verticalización favorece la movilidad peristáltica del intestino, por lo que ayuda a una evacuación regular, además de prevenir el riesgo de infecciones urinarias.
- Sobre el sistema tisular: La verticalización cambia los puntos de apoyo habituales, disminuyendo o evitando así el riesgo de padecer escaras y úlceras por presión.
- Sobre el aspecto psicológico: Favorece la relación con el entorno, tanto físico como social, además de introducir una nueva imagen corporal, por lo que mejora la autoestima del paciente.