La disartria infantil es provocada por una afectación neurológica que acompaña al niño desde el nacimiento en la mayoría de los casos. Este problema es causado en ocasiones durante el embarazo o en la infancia, tras sufrir un traumatismo craneoencefálico, por una enfermedad cerebrovascular o como consecuencia de una complicación neurológica.
Las señales más importantes que nos alertan de este problema suelen ser las siguientes:
- Cambios en el tono de voz (voz tensa, nasal o áspera).
- Problemas para movilizar músculos orofaciales.
- Dificultad para el manejo de la saliva.
- Músculos flácidos o, por el contrario, muy rígidos.
- Problemas para controlar el volumen de la voz, es decir, hablar muy fuerte o muy bajo.
- Dificultad para masticar, tragar o succionar.
- Respiración entrecortada.
- Poca articulación.
En función de la localización de la lesión en el sistema nervioso central del niño, se podrá decidir el tipo de disartria que presenta, la cual puede ser espástica, flácida, atáxica, hiper o hipocinética y mixtas.
Es importante conocer y detectar el tipo de disartria para así reconocer los síntomas a tiempo y poder tomar las medidas necesarias para realizar una intervención precoz por parte del logopeda.
Departamento de Logopedia del Centro Integral de Enfermedades Neurológicas de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Albacete
Excelente explicación.
Soy
tía abuela de una niñita que en diciembre cumplirá 4.
Cuenta números en forma desordenada. No logra hablar dos palabras juntas.
Y justamente sus músculos orofaciales están en total discordancia. Intentos de producir sonidos con movimientos inadecuados.