En un funcionamiento normal de la Asociación de Esclerosis Múltiple, en el área de psicología, trabajamos diariamente con todo tipo de enfermedades neurológicas prioritariamente Esclerosis Múltiple. Los aspectos psicológicos que viven estos pacientes con estas enfermedades en bastantes casos son montañas rusas emocionales centradas en la evolución de la enfermedad y aprendizaje a vivir con la misma.

En la situación que estamos viviendo en la actualidad, el confinamiento, por la pandemia del coranovirus, el colectivo de nuestro centro, son personas de riesgos, por lo que pueden presentar desestabilización emocional, no saber controlar las emociones negativas, cosas que actualmente está pasando a toda la población, pero a este colectivo con más motivo, por el miedo  a contagiarse y les pueda ocurrir algo.

Las emociones que se pueden experimentar ante esta situación serían:

  • Miedo: a perder la salud, o las posibles consecuencias de la enfermedad, es posible sentir miedo, ya que son un colectivo de riesgo y esta situación se vive como nueva y amenazante.
  • Frustración: esta situación puede provocar una sensación de pérdida de libertad, dificultad en desarrollar actividades personales, etc… Pueden haber pensamientos no puedo hacer lo que hacía antes, no puedo salir etc.
  • Desorganización: el hecho de poner continuar con la propia rutina es un factor que desorganiza nuestra estructura y tenemos sensación de control.
  • Aburrimiento: pueden aparecer pensamientos del tipo ¿ y ahora qué hago?, ¿Cuándo podré salir a llevar mi rutina?
  • Tristeza: esta situación puede darse por la ruptura de la cotidianidad, por las malas noticias que nos dan día a día, enfermar amigos o familiares, puede agravarse por el aislamiento, empeoramiento físico y cognitivo por bajo estado emocional etc…
  • Sentimiento de soledad: la falta de relacionarse socialmente con amigos o familiares puede provocar soledad y agravarse con las personas que viven solas.
  • Sentimiento de encierro: el encierro puede hacernos sentir encerrados y agobiados.

También, la extraordinaria situación que estamos viviendo, podría  poner en juego la capacidad del colectivo con enfermedades neurológicas en  comprometerse  individual y colectivamente ante una amenaza común  y activar otras emociones muy relevantes y útiles, y más placenteras: la esperanza, la confianza, la solidaridad, la empatía la unidad o el apoyo.

De este modo, las personas con recursos personales,  podrían sustituir las acciones dirigidas a obtener una gratificación inmediata, por otras que benefician a toda la comunidad, haciendo esfuerzos, asumiendo costes  y cumpliendo con rigor las medidas incomodas.

La gestión emocional es una herramienta esencial en nuestra vida y lo es más en situaciones extraordinarias como la que estamos viviendo, por lo cual, estamos en un momento crucial para corroborar si tenemos o no recursos personales,  si activamos ante la situación excepcional que estamos viviendo emociones negativas o positivas.

La clave es aprender a identificar, comprender y regular nuestras emociones. Y para hacerlo destacaría dos estrategias:

  1. Adoptar una actitud positiva de solución de problemas. La situación que estamos viviendo está generando y generará dificultades y problemas. Es normal sentir miedo, incertidumbre, preocupación, etc.. Pero tenemos que superar este primer estadio y disponernos a buscar soluciones. Sopesar los recursos a nuestro alcance de un modo realista, centrarnos en lo que está bajo nuestro control. No anticiparnos haciendo predicciones Ajustar las expectativas a los resultados. Felicitarnos por los avances. Colaborar y buscar apoyo. En definitiva, enfocarnos a la solución del problema adaptándonos a las circunstancias.
  2. Generar, facilitar y propiciar emociones agradables. Ante la dificultad. Las emociones agradables nos van a ayudar, van a generar mayor motivación, estimulo, más resistencia ante la adversidad o resiliencia. Disfrutar de momentos de bienestar es clave para favorecer actitudes positivas. Al hacer frente a los problemas y gestionar de un modo más sereno y productivo las diferencias o conflictos con otras personas o familiares, que puedan surgir en momentos tan delicados como estos. Todas las estrategias y actividades que potencien y estimulen las emociones placenteras van a ser fortalezas para el afrontamiento psicológico del coronavirus.

Y para finalizar, otra recomendación para sobrellevar de la forma más adecuada la pandemia  y nos ayude a controlar estas emociones sería crear nuevos hábitos de vida saludables:

  • Mantener horarios de sueño.
  • No sobreexponerse a noticias y consultar si son ciertas.
  • Vestirse todos los días y no estar con el pijama.
  • Hacer ejercicios físicos (rehabilitación) orientados por los profesionales.
  • Realizar estimulación cognitiva, ejercicios de memoria, atención, razonamiento, en los casos que sea recomendables por la patología que padezca la persona, (30 min diarios serían muy beneficioso).
  • Mantener sus redes sociales de contención emocional con sus familiares, amigos y personas de confianza.
  • Llevar una alimentación saludable, hacer actividades de manualidades, leer libros, ver televisión tener el día ocupado y estructurado.

Las emociones negativas y positivas nos podrían  llevar a determinadas conductas. Estas conductas pueden ayudarnos a que lo pasemos mejor para nuestro bien y el de los demás. El intentar llevar las pautas tanto psicológicas como de crear nuevos hábitos diarios  (prioritariamente desarrollar ejercicios de rehabilitación físico y cognitivo) permitirá mantener el estado físico y mental para evitar un deterioro que a la vuelta a la normalidad cueste mucho recuperar.

Jovita Marchante, Psicóloga y Neuropsicóloga de la Asociación Española de Esclerosis Múltiple

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