La fatiga está catalogada como uno de los síntomas más comunes que se presentan en la esclerosis múltiple y, en muchos casos, llega a convertirse en uno de los peores, ya que repercute en muchas actividades de la vida diaria, afectando así a la calidad de vida del paciente.

La fatiga en EM se presenta de forma diferente para cada paciente, a algunos les provoca agotamiento o un cansancio insoportable, mientras que en otros hace empeorar otros síntomas como las alteraciones visuales, las dificultades para concentrarse, la memoria, la movilidad, los espasmos musculares o la dificultad para realizar una correcta coordinación fono respiratoria, lo cual daría lugar a fatiga vocal, alteración del ritmo del habla y de esa manera también se vería afectada la inteligibilidad del habla.

Uno de los síntomas por los que viene precedida la fatiga es la debilidad de la musculatura respiratoria, lo cual suele comenzar de forma precoz  en el proceso evolutivo de la enfermedad, aunque, en la mayoría de ocasiones, los profesionales no la reconocen hasta que la enfermedad está más avanzada.

Las pruebas que se realizan normalmente para detectar la función pulmonar, muchas veces no son totalmente efectivas para percibir la pérdida de fuerza de la musculatura implicada en la respiración, por ese motivo se realiza la prueba de Valoración de la Presión Inspiratoria y Espiratoria Máximas, ya que ésta si ha demostrado ser efectiva en la detección de cambios tempranos.

La prueba consiste en realizar mediciones sencillas, rápidas y no invasivas. El paciente debe generar la máxima presión inspiratoria (a partir de volumen residual) y espiratoria (a partir de capacidad pulmonar total) contra un sistema cerrado. La Presión Inspiratoria Máxima evalúa principalmente la fuerza diafragmática; mientras que Presión Espiratoria Máxima, la de los músculos intercostales y abdominales.

Una vez que ha sido detectada la debilidad de la musculatura respiratoria, un tratamiento efectivo viene marcado por la realización continua de ejercicios respiratorios controlados y adaptados por un profesional según la capacidad del paciente. Estos ejercicios requieren poco tiempo y serán efectivos para mejorar la resistencia y la fuerza en pacientes con cualquier nivel de limitación respiratoria. También es indispensable adquirir un patrón costo-diafragmático correcto de respiración, de lo cual estará encargado en logopeda, para de esta manera mejorar la entrada y salida del aire, haciéndolas más efectivas y evitando así tensiones excesivas y una mala higiene postural.

Según lo investigado, clasifican la fatiga según su evolución en dos tipos:

  • Fatiga aguda o esporádica: puede aparecer y desaparecer a la vez que se dan los brotes de la enfermedad o coincidiendo con otros factores externos (ansiedad, estrés, etc.).
  • Fatiga crónica o persistente: cuando se mantiene más de 6 semanas.

Como conclusión podemos destacar la importancia de una correcta detección precoz de la fatiga con la intención de establecer de forma temprana los ejercicios a realizar, para de esa manera, retasar el máximo tiempo posible el empeoramiento o debilidad de los músculos encargados de la función respiratoria y así mantener una buena calidad de vida.

Departamento de Logopedia del Centro Integral de Enfermedades Neurológicas

Bibliografía:

  • La fatiga: lo que usted debe saber. Una guía para personas con esclerosis múltiple. Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple. 2007 [acceso 21 de noviembre de 2012].
  • https://www.esclerosismultiple.com
  • D. Páramo Camino, G. Izquierdo Ayuso. Fatiga en esclerosis múltiple. Unidad de Esclerosis Múltiple (Neuroinvest).
  • A.M, Parra Morales; M. P. García Velásquez. Mediciones de Presión Inspiratoria Máxima y Presión Espiratoria Máxima en población enferma.
  • U. J, Mora-Romero; L. Gochicoa Rangel; S. Guerrero Zúñiga, S. Cid Juárez; M. Silva Cerón; I. Salas Escamilla; L. Torre Bouscoulet. Presiones inspiratoria y espiratoria máximas: Recomendaciones y procedimientos. vol.73 no.4 México oct. /dic. 2014
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