La miastenia gravis es una enfermedad neuromuscular crónica y autoinmune que causa debilitamiento y fatiga en los músculos voluntarios. Su propio sistema inmunitario genera anticuerpos que obstruyen y cambian algunas de las señales nerviosas a sus músculos provocando que esos impulsos nerviosos no puedan transmitirse adecuadamente desde el nervio hacia el músculo.

No existe cura, pero el tratamiento farmacológico y rehabilitador (el logopédico, entre otros muchos) puede ayudar a aliviar los signos y síntomas que pueden aparecer, como la debilidad de los músculos de los brazos o las piernas, la visión doble (diplopía), los párpados caídos y las dificultades para hablar, masticar, tragar y respirar.

La edad de aparición es más común en mujeres menores de 40 años y hombres mayores de 60 años, aunque puede afectar a personas de cualquier edad.

SÍNTOMAS:

La debilidad muscular que provoca la miastenia gravis empeora a medida que se usa el músculo afectado, es decir la sintomatología mejora con el descanso y empeora con la actividad.

La enfermedad evoluciona en brotes, a veces se está mejor y a veces peor. En ocasiones, la presencia de una infección, una intervención quirúrgica, la administración de un determinado medicamento o el desarrollo de cualquier otra enfermedad, producen un empeoramiento (lo que se denomina como “crisis miasténica”).

Ciertos grupos musculares se ven afectados con mayor frecuencia, y la logopedia ayuda a estimularlos para favorecer su funcionalidad:

Músculos de la cara y de la garganta:

En aproximadamente el 15 % de los casos de personas con miastenia gravis, los primeros síntomas involucran los músculos de la cara y la garganta, que pueden:

Deteriorar el habla (disartria): dependiendo de la musculatura afectada el habla puede ser más o menos inteligible, afectando a la comunicación con los demás.

Provocar dificultad para tragar (disfagia): pueden ocurrir atragantamientos, provocando una dificultad durante la ingesta de líquidos o sólidos, así como otras consistencias y/o viscosidades.

Afectar la masticación:  esta musculatura puede verse comprometida durante la comida, ya que puede haber un desgaste con consistencias de difícil masticación.

Afectación de la expresión facial:  cuando están alterados algunos de estos músculos, puede aparecer hiponimia (falta de expresión) o amimia (ausencia de expresión), alterando la comunicación no verbal (tienen dificultades para expresar sentimientos, por lo que pueden estar contentos pero no pueden expresarlo).

Afectación de la voz: debido a la afectación de musculatura implicada en la voz, esta se ve comprometida pudiendo ocasionar disfonía.

Otros síntomas que pueden aparecer son:

-Músculos de los ojos:

Los primeros signos y síntomas incluyen problemas oculares, como los siguientes:

Caída de uno o ambos párpados (ptosis);

Visión doble (diplopía), que puede ser horizontal o vertical y que mejora o se resuelve cuando un ojo está cerrado;

-Músculos del cuello y de las extremidades

La miastenia gravis también puede causar debilidad en el cuello, los brazos y las piernas. La debilidad en las piernas puede afectar la forma de caminar. Los músculos débiles del cuello hacen que sea difícil sostener la cabeza.

TRATAMIENTO LOGOPÉDICO:

Cuando un paciente con miastenia gravis acude a nuestro centro, lo primero que realizamos es una valoración exhaustiva del estado actual de la enfermedad, de una manera individualizada, para después pautar los objetivos de la intervención logopédica y comenzar a tratar lo antes posible.

Según hemos visto en el anterior apartado de sintomatología, la intervención desde el punto de vista de la logopedia tendría los siguientes objetivos (siempre desde el punto de vista general y no particular, ya que cada paciente desarrolla unos síntomas u otros, teniendo en cuenta sus características individuales):

-Estimulación de musculatura facial e intraoral: a nivel de tono, fuerza y movilidad, estimularemos la musculatura afectada favoreciendo las funciones musculares, así como mejorar la expresión facial y el habla y deglución.

-Mejora de funciones deglutorias, realizando ejercicios de fortalecimiento de la musculatura implicada en la deglución y dando pautas para la ingesta de líquidos y sólidos evitando los posibles atragantamientos que pudieran ocurrir, así como neumonías por aspiración.

-Potenciar la adquisición de un correcto patrón respiratorio con el objetivo de mejorar la coordinación fono-respiratoria y la intensidad vocal.

Concluyendo, destacamos la importancia de acudir a un centro rehabilitador, formado por un equipo interdisciplinar, para poder trabajar coordinados y mejorar la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad.

Para cualquier duda o consulta pueden ponerse en contacto con nuestro departamento. Les atenderemos encantadas.

Departamento de Logopedia del Centro Integral de Enfermedades Neurológicas de la Asociación de Esclerosis Múltiple

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