Aunque estirarse es algo natural, en nuestra actividad diaria, (cuando nos levantamos, cuando realizamos cargas), no solemos dedicar el tiempo suficiente para ello.
No solo las actividades realizadas a lo largo del día influyen sobre nuestros músculos, también lo hacen las emociones, de tal manera que cuando estamos más estresados, ansiosos, solemos tomar una actitud postural más tensa.
Cuando estiramos, perseguimos recobrar el tono muscular normal, y su longitud natural, el movimiento del estiramiento facilita la circulación sanguínea indispensable para la nutrición y flexibilidad del músculo. Para que los estiramientos sean efectivos deben de realizarse, con movimientos lentos, controlados y mantenidos durante un periodo de tiempo. Es muy importante que mientras estiramos no aparezca dolor, ni realicemos esfuerzos excesivos, para así evitar posibles lesiones.
Beneficios:
- Disminuye la tensión y las molestias musculares, proporcionando sensaciones de alivio y bienestar.
- Mantiene la elasticidad de los músculos y la movilidad de las articulaciones.
- Facilitan la adquisición de buenas posturas, permitiendo disminuir la sobrecarga de otras zonas del cuerpo.
- Durante los estiramientos, el cuerpo segrega endorfinas, que son un tipo de hormonas que facilitan la relajación física y mental.
- Facilitan la conciencia corporal.
Una vez explicado todo esto, dejamos unas recomendaciones de estiramiento para realizar en cualquier momento del día, aunque es importante mencionar que tras las horas de descanso nocturno, los músculos se exponen a un largo periodo de inactividad, y es muy importante realizar estiramientos matutinos, para recobrar la estabilidad muscular.
Los estiramientos de los que se va a hablar se pueden hacer en la cama. Aunque es mejor que los movimientos los haga cada persona de forma activa, si hay dificultades en la movilidad, otra persona nos puede echar una mano para mantener las posturas de estiramiento, siempre con mucho cuidado de lo dicho anteriormente NO PRODUCIR DOLOR NI FORZAR.
Para empezar nos colocamos tumbados boca arriba,y cogeremos aire lentamente por la nariz, permitiendo que sea el abdomen y no el pecho el que se eleva, (poner la mano sobre el ombligo te puede facilitar a distinguir esto), para expulsar el aire lo haremos por la boca, colocando los labios como si fuéramos a silbar. Este tipo de respiración se debe hacer entre 3 y 5 veces antes de comenzar a estirar. También es importante tratar de mantener esta secuencia de respiración abdominal durante los estiramientos.
El esfuerzo no debe provocar que se muevan otras partes del cuerpo que no estamos estirando.
Diana Corte, Terapeuta Ocupacional de Centro Integral de Enfermedades Neurológicas de la Asociación de Esclerosis Múltiple.