Necesidad de tratamiento logopédico en parálisis facial tras sufrir un ICTUS

Unas de las principales alteraciones que sufren los pacientes con secuelas de ICTUS, es la parálisis facial, la cual se define como la disfunción en la zona del par craneal VII (nervio facial), que deriva en la incapacidad de controlar los músculos faciales del lado del nervio afectado.

La parálisis facial se puede manifestar de dos formas, por un lado puede darse con hipotonía o falta de tono muscular, y por otro lado, con hipertonía o exceso de tono muscular, causando ambas asimetría facial.

Cuando nos encontramos ante una parálisis facial hipotónica, los síntomas más característicos que se pueden apreciar son:

  • Desaparición de los pliegues frontales.
  • Ceja homolateral más baja y ampliación de la hendidura palpebral.
  • Caída de parpado.
  • Desaparición de los pliegues nasogenianos homolaterales.
  • Desviación de la comisura bucal hacia el lado sano.

Por otro lado, cuando estamos ante una parálisis facial hipertónica, los síntomas más característicos que se perciben son los siguientes:

  • Exceso de pliegues frontales.
  • Disminución de la apertura del ojo del lado afecto.
  • Elevación excesiva del pómulo.
  • Desviación de la comisura labial.

El reentrenamiento neuromuscular facial, diseñado para hacer frente a las sincinesias asociadas a la parálisis facial, también ha demostrado grandes beneficios para las personas con trastornos en los nervios faciales.

Algunos ejercicios empleados en la rehabilitación de la parálisis facial son: masajes suaves superficiales, estimulación eléctrica transcutánea,  ejercicios de movimiento activo asistidos, reeducación neuromuscular frente al espejo, cambios de temperatura (frio/calor), etc.

La rehabilitación facial se debe ofrecer a las personas con disfunción facial crónica para optimizar sus movimientos faciales, su funcionamiento social y su expresión facial de las emociones.

La parálisis facial también puede derivarse de otras alteraciones además de por un ICTUS, por ejemplo, como consecuencia de un trauma, un tumor cerebral, un accidente cerebro vascular o afectación neurológica.

A continuación se presenta el caso de un paciente con parálisis facial hipertónica y su evolución.

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