Se define flexibilidad a la habilidad que tienen varias partes de nuestro cuerpo (articulaciones y músculos, por ejemplo, sin que se rompan o dañen) para desplazarse a lo largo de un rango de movimiento, es decir es la capacidad que tienen nuestras fibras para estirarse ante un movimiento.

La flexibilidad nos va a permitir el máximo recorrido en las articulaciones en todas las posiciones que éstas puedan asumir y es específica para cada articulación ya que varía notablemente según la edad, el sexo y tiene también un factor genético importante.

Los ejercicios de flexibilidad son una parte importante en el programa de la actividad física por lo que le dan más libertad de movimiento en dichas actividades físicas y en las actividades diarias de cada uno de nosotros.

Los beneficios que estos ejercicios de flexibilidad conllevan a la hora de realizarlos son:

  • Mejora de la movilidad articular y la elasticidad alrededor de las articulaciones.
  • Mejora la circulación porque aumenta los flujos sanguíneos y nutrientes hacia los músculos y las articulaciones.
  • Mejora el rendimiento físico y reduce el riesgo de sufrir lesiones.
  • Ayuda a que los músculos tensos se relajen porque se estiran.

POSICIÓN DEL PACIENTE: SENTADO EN UNA SILLA SIN RESPALDO  O DE PIE, BRAZOS A LO LARGO DEL CUERPO, ESPALDA RECTA EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE, MIRADA AL FRENTE Y PIES CORRECTAMENTE APOYADOS EN EL SUELO.

Los ejercicios a realizar son los siguientes:

  • Llevar un brazo al techo, lo máximo que se pueda, estirando bien el codo y volver a bajarlo.
  • Llevar el otro brazo al techo, lo máximo que se pueda, con codo estirado y volver a bajarlo.
  • Alternar un brazo al techo y después el otro como en los 2 ejercicios anteriores.
  • Con un palo o bastón o similar, llevamos los dos brazos al techo, lo máximo que podamos, estirando los codos y bajamos hacia las piernas.
  • Con el palo o bastón, llevamos los brazos al pecho, y después estiramos hacia delante los codos lo máximo que podamos y volvemos al pecho.
  • Seguimos con el palo y lo llevamos hacia un lado y otro, como si hiciéramos un semicírculo de lado a lado delante de nosotros.
  • Llevamos el palo detrás de la cabeza y realizamos también un semicírculo por detrás de la misma, llevando el palo de un lado a otro.
  • Abrimos un brazo lo máximo posible, con codo estirado hacia un lado de nosotros y           volvemos a  dejarlo al lado del cuerpo.
  • Abrimos el otro brazo hacia el lado, lo máximo posible y volvemos a dejarlo al lado del cuerpo
  • Abrimos los dos brazos con codos estirados lo máximo posible y volvemos a dejarlo cerca del cuerpo.
  • Realizamos lo mismo pero alterando los brazos primero abrimos uno mientras el otro está pegado al cuerpo y luego abrimos el otro.
  • Entrelazamos ambas manos y con codos estirados llevamos ambos brazos hacia el techo hasta llegar al máximo de recorrido y de ahí volvemos a bajar los brazos.
  • Entrelazamos ambas manos y con codos estirados llevamos los brazos hacia un lado del cuerpo, el máximo recorrido que podamos y de ahí lo llevamos al otro lado.

Lo realizamos en un sentido y luego al contrario.

  • Entrelazamos las 2 manos por detrás de la espalda y estiramos hacia atrás los 2 brazos lo máximo que podamos.
  • Colocamos ambos brazos en cruz, con codos estirados y realizamos círculos con los hombros hacia delante.
  • Colocamos ambos brazos en cruz, con codos estirados y realizamos círculos con los hombros hacia atrás.

NOTA: Realizaremos los ejercicios de 15 a 20 repeticiones cada uno, realizándolos despacio para no hacernos ninguna lesión y sin llegar nunca a fatigarnos, si es necesario haremos menos repeticiones e incluso dejaremos más espacio de tiempo entre uno y otro.

Departamento de Fisioterapia del Centro Integral de Enfermedades Neurológicas de la Asociación de Esclerosis Múltiple.

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